Madre, que pago debemos hacer
Para la paz en el mundo mantener
Silencia las armas
Desarma los misiles
No más lágrimas de niños
No más dolor de mujeres
Que entregan a los ejercitos
a sus jóvenes hijos
No más soldados
Soldados
Que van a una guerra
guerra provocada por adultos
Adultos miserables
Que quieren cada día más poder
Serpientes maliciosas
Que lanzan su veneno
Que avanzan como lobos
Usando pies de jovenzuelos
Mientras ellos están seguros
En bunkers y a buen recaudo
Podridos hombres
que ven al mundo como presa
Y van trás el débil como hienas
Esta es una afrenta sin nombre
Si quieres sangre
Toma la mía
Te la entrego con amor
Cerca de este Puquio
Más vale una
Que un millón.
Gracias Madre
porque siento tu corazón.

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